jueves, 31 de julio de 2014

CAPÍTULO 14: ENAMORADA

"Si me ves sentirás que te quiero"
Y tras esas palabras bajé la cabeza y ese apagó el foco que me iluminaba, quedando así todo el plató a oscuras.
Cuando todo se volvió a iluminar por mi cara caían lágrimas de la emoción, de todo lo que había sentido mientras cantaba y sobre todo de tenerle delante con los ojos también llenos de lágrimas.
El público estuvo aplaudiendo en pie casi 5 minutos y cuando paró Jesús dio paso para que hablasen los coaches.
      -Chiquilla me has dejado flipando, con tu voz trasmites muchísimo, vas a llegar muy lejos. -dijo David muy sinceramente.
      -Muchas gracias de verdad. -dije limpiándome las lágrimas.
      -MONSTRUA!!!! -dijo Rosario provocando una gran sonrisa en mi, pero que se borró de inmediato cuando Malú se dirigió a mi.
      -Irene, tienes una voz muy dulce, rasgada que consigue emocionar a cualquiera, enhorabuena sigue así. -A mi esas palabras me mataron, ella sabía como destrozarme sin que nadie se enterara.
      -Muchas gracias Malú. -dije fingiendo una sonrisa.
      -La niña de mis ojos!! -dijo Antonio abrazándome.- Eres una auténtica crack Irene, has estado inmejorable.
      -Muchas gracias hermoso. -dije pellizcándole las mejillas delante de las cámaras, como hice aquella vez en los ensayos. Lo hice esta vez para no ponerme a llorar e intentar fingir delante de Malú que estaba bien, pero poco duró porque Antonio pasó su brazo por mis hombros y empezó a hablarles a todos los presentes.
      -Esta chica que veis aquí es la persona más trabajadora que conozco, a tan solo una semana de los directos vino a mi y me dijo que iba a cambiar de canción, que iba a arreglarla ella sola y cantarla a la vez que tocaba el piano, yo me negué, era muy arriesgado empezar de cero a tan solo 7 días de un programa en el que te puedes ir a tu casa por un solo fallo, pero aquí la tenéis gracias a su cabezonería me convenció y lo ha conseguido, ha brillado con luz propia y tengo que decir que ella sola la ha ensayado, ni yo sabía que canción era, se negó en que le ayudara. Tiene mucho merito esto que has hecho Irene, eso si enana. -me dijo haciéndome cosquillas.- A mi no me digas que la canción la elegiste por que era de tu registro, porque se te ha notado que estas coladita por alguién ehh, se te ve en los ojillos. -A mi me entró el pánico, ¿tanto se me notaba?, crucé la mirada con Malú que seguía indiferente a todo.


     -Eso lo tienes que contar eh Irene. -dijo Jesús volviéndome a la realidad.
     -Esto... os va a parecer un coñazo... -el publico no me dejó terminar y todos coreaban "que lo cuente, que lo cuente".
     -Si lo dice el público no te queda otra Irene... -dijo Antonio riéndose, y yo le mire con cara de asesina. Pero pensándolo era una gran oportunidad para decir lo que sentía. Sabía que no recibiría respuesta, pero antes de volver a desaparecer para siempre le dejaría claros mis sentimientos una vez más, pero esta vez no le miraría.
     -Pues ¿quien no se ha pillado nunca por alguién? -dije mirando al público, parándome a observar a cada uno de los coaches que me miraban atentos.- Cuando crees que estas destrozado, que de ti solo quedan pedacitos que no se pueden arreglar, llega esa persona que te saca una sonrisa de la forma más estúpida posible, que te hace ver que la vida sigue y que el mundo esta lleno de color, que solo tienes una venda en los ojos, y son sus manos las que te la quitan, las que te ofrecen toda la luz que te repara los trocitos rotos. -vi que mucha gente se estaba emocionando con mis palabras y que mi voz se estaba rasgando pero aun así continué. -Pero realmente estás tan roto por dentro que tu corazón no acepta tanta felicidad de golpe, que tu cabeza te lleva a cometer unas estupideces que solo consiguen destrozarte más y conseguir destrozar a la otra persona. -paré para coger aire y quitarme las lágrimas de los ojos.- Yo en cambio no quiero por nada del mundo dejar que esa persona se vaya de mi vida por una gran estupidez que cometí. Y no hay forma más dulce y pura de mostrar tus sentimientos que esta, la que se ha visto hace unos minutos en el escenario, una canción que siento completamente, que me duele cada palabra de ella, cada suspiro, porque dicen que cuando algo duele es porque importa de verdad, y esa persona me duele aquí. -dije poniendo mi mano en el pecho.- Muy adentro.

     -Irene estas temblando. -dijo Alex cuando salí del plató.- Ven a tomarte algo y te relajas, normal que estés así, te juegas pasar a la final.
     -No está así por eso Alejandro. -dijo Vanesa abrazándome sinceramente.- Enana escucharme ella no sabe lo que hace, le ha pillado de sorpresa y te digo que le esta matando por dentro no haberte dicho nada.
     -Vane tenías que haber visto su cara, era de indiferencia, no le afectaba una sola palabra. -dije sollozando en sus brazos. -He hecho el ridículo delante de toda España.
     -Eh deja de llorar que tienes que volver a salir para que te digan que pasas a la final, porque seguro que pasas, eres un ángel. Y con Malú hablaré yo, esto no puede quedar así porque os estáis haciendo las dos mucho daño.
   
Cuando acabamos los directos Alex me llevó a casa, pero a mitad de trayecto cambio de dirección.
    -Eh que te has pasado la salida, ¿no te acuerdas del camino?
    -Sí, me lo sé perfectamente, pero ahora no vamos a tu casa. -dijo con una sonrisa.
    -Alex no estoy ahora para bromas, llévame a casa que estoy cansada.
    -Vale pero primero tenemos que pasar por el bar que me dejé el otro día mi chaqueta.
    -Joder, pero la puedes coger otro día, tienes mil chaquetas diferentes. -dije molesta, necesitaba estar sola en mi casa. Pero no me hizo caso y siguió su plan.

A los 5 minutos llegamos al bar y con desgana abrí la puerta para coger la chaqueta, pero nada más hacerlo se encendieron todas las luces y todos gritaron "SORPRESA". Alex me cogió en brazos y me dijo.
    -Princesa quiero ver una gran sonrisa en tu cara bonita, porque tu vales. -y empezó a dar vueltas mientras los dos nos reíamos como niños.
Allí estaban todas aquellas personas que conocí al venirme a Madrid, los que me acogieron y me invitaron a formar parte de su familia.
Antes de poder dar las gracias apareció la pequeña Ainoha con un ramo de flores que le tapaba la carita.
    -Tía Idene ete damo de flodes es pada ti, podque edes la mejod del muuuuundo. -dijo pronunciando como podía y me tendió el ramo con sus manitas.
    -Yo a ti te como, ven aquí renacuaja! -le dije y ella empezó a reírse mientras me la comía a besos y le hacía cosquillas.

En todas las paredes del bar habían fotos mías cantando, con la guitarra, con Mate, con Ainoha y Guille, con cada uno de los que estaban allí.
    -Muchas gracias a todos por venir y hacer todo esto por mi, sois las mejores personas que la vida me podría regalar. -dije sin quitar la sonrisa.

Saludé a todos uno a uno y estuvimos hablando, cantando y bailando mucho rato, celebrando que había pasado a la final.
A las 4 de la madrugada ya estaba agotada así que le busqué a Alex para que me llevase a casa, pero como no lo encontré me fui dando un paseo, así podría reflexionar sobre todo lo que había pasado ese día.

Estaba llegando a casa y no podía dejar de cantar la canción de los directos, me pasaba por la cabeza cada mirada suya, cada cara y palabra que había dicho.
Cuando giré la esquina vi que había alguien sentado en la puerta de mi casa.
     -Perdone ¿me deja pasar? Tengo que entrar a mi casa. -con estas últimas palabras me di cuenta de que era Malú.
Estaba sentada en la puerta de mi casa, abrazada a su casco y dormida, en su cara se veían restos de lágrimas y de rímel.
A saber el tiempo que llevaba esperándome en la puerta, con el frio que hacía en Madrid estas semana y ella ahí sentada llorando.

Cuando se percató de mi presencia se levantó y sin decirme nada me besó como nunca lo había hecho, en ese beso había dulzura, amor, en ese beso estaba todo lo que con palabras no se podía demostrar.
Y las dos fundidas en un abrazo y con las frentes pegadas empezamos a llorar.
     -Siento haberte hecho pasar tan mal momento en el plató.
     -No pasa nada, viniendo aquí me has hecho la persona más feliz del mundo.
 Pasamos a mi casa abrazadas, no pensaba soltarla hasta que fuese necesario.
     -Irene tenemos que hablarlo todo. -dijo seria.
     -Sí, pero ahora es muy tarde, ¿lo hablamos mañana?
     -Vale, ¿ me puedo quedar a dormir aquí?
     -Eso no se pregunta tonta, vamos que tengo el sitio perfecto para ti. -dije llevándola de la mano hasta llegar a mi cama.- ¿Que te parece si hoy eres mi osito de peluche y duermo abrazada a ti? -dije con voz de niña pequeña.
     -Me encantaría. -me volvió a besar como antes, poquito a poco iba reparando todos los trocitos rotos que habían en mi.
     -Pues vamos a elegir tu pijama jeje. -después de 5 minutos riéndonos mientras mirábamos los pijamas nos acostamos.
Esta vez era yo la que me abrazaba a ella, con mi cabeza en su pecho, escuchando cada latido de su corazón y cada respiración.
     -Y pensar que casi soy tan idiota de dejarte marchar... -me beso en la frente y entrelazó sus dedos con los mios.
     -Si pero ahora estamos juntas y no te voy a soltar nunca.
   


martes, 29 de julio de 2014

CAPÍTULO 13: ES MÁS FUERTE QUE YO ESTAR SIN TI.

Pasaron dos semanas y no volvimos a hablar, yo intenté volver a mi vida de antes de conocerle, salía con mis amigos e iba a trabajar al bar. Pero todo eso lo hacía sin ganas, verle así aquel día me mató por dentro, había sido una idiota, y lo peor es que las dos nos queremos, las dos intentamos jugar a un juego que nos venía grande y conseguimos rompernos.
Le hablé un par de veces por whatsapp pero no recibí respuesta, le dejé mil llamadas, pero nada, parecía que se la hubiese tragado el mundo.
Encuanto a Vanesa, le dije que necesitaba estar preparada para contárselo y ella como buena amiga me respetó.
Mi manera de desaparecer del mundo siempre había sido irme a mi lugar secreto a componer, pero en esta ocasión solo me servía para acordarme de ella, cada frase, verso o canción que salían de mi garganta las inspiraba ella, sus ojos, su sonrisa, su voz, sus caras raras y sus besos, sus perfectos besos, aquellos que tanto necesitaba.
Lo más duro llegó cuando empezaron los ensayos de los directos, tener que saber que ella estaba allí, bajo el mismo techo que yo, cruzármela por los pasillos y que jugase a que yo no existía, todo eso me mataba por dentro, y creí que era el momento indicado para hablar con Vanesa.
       -Hola, ¿puedees hablar?-dije con la voz apagada, sin ganas.
       -Contigo siempre Irene, dime ¿que pasa?. -dijo preocupada.
       -Creo que ya estoy preparada para contártelo todo.
       -Muy bien chiqui, pues cuando tú quieras.
       -Te parece bien que pase por tu casa cuando acabe el ensayo?
       -Perfecto aquí te espero, y anímate vale?
       -Gracias Vane, te quiero. -colgué el teléfono.

Sobre las 6 de la tarde terminé el ensayo, no estaba contenta de como había salido, en realidad desde lo que pasó mi voz ya no tenía ese brillo especial, ya no parecía bonita ni dulce ni nada. Antonio me dijo que si no cambiaba me iba a costar mucho pasar a la final, tenía que conseguir cambiar, volver a ser como antes.
Al llegar a casa de Vane me paré un momento para leer un mensaje que me acababa de entrar, era ella: "Irene, ha venido Malú a mi casa no aparezcas de momento, te aviso cuando se vaya, un beso"
Yo volví a arrancar la moto y fui al ya famoso mirador que me había visto llorar unas cuantas veces, tener un accidente y también cantar, para mi era como mi psicólogo.
Cuando llegué aparqué la moto y me senté allí donde mejores vistas tenía y sin nada más que hacer me puse los auriculares y la música muy alta para que sonase por encima de mis pensamientos.
Las canciones sonaban aleatoriamente, intentando animarme algunas, otras mee deprimían más aun si era posible, hasta que llegó una que me hizo llorar, era preciosa y definía cien por cien lo que yo sentía hacia ella.
Se me estaba empezando a ocurrir una  idea cuando Vanesa me avisó de que ya podía ir a su casa.
Me esperaba ya en la puerta cuando aparqué la moto y me invitó a pasar.
Yo no podía aguantar más y le conté todo lo que había pasado y todo lo que yo no le dije a Malú, lo que me había callado por miedo a que ella no sintiera lo mismo que yo.
Cuando acabé Vanesa me confesó que Malú le acababa de contar exactamente lo mismo que yo.
Eso en gran parte me alegró, ella seguía pensando en mi, me dio la energía que me faltaba para llevar a cabo esa idea que se me había ocurrido en el mirador.
     -Vane se me acaba de ocurrir una idea, no se como reaccionara ella, pero pienso decirle todo lo que siento en una canción, le voy a exponer todos mis sentimientos y después que haga con ellos lo que quiera, ella es la dueña, si no quiere saber nada de mi desapareceré y punto.
     -Sé que vas a poner todo tu corazón en ello, no me cabe la menor duda.
     -Pero va a ser una locura.
     -Si es por amor cualquier locura merece la pena.
     -Si es por ella, Vanesa, si es por Malú merece la pena, puede que salga mal, y me juego salir de la voz, pero te lo repito por Malú me voy al fin del mundo.
     -¿como que irte de la voz? eso ya no me gusta, que idea es esa que tienes?
     -Se que es una locura, pero voy a cambiar la canción para los directos.
     -¿que? no, eso es imposible, si haces eso vas a perder dos semanas de ensayos.
     -Lo sé pero merece la pena. ¿me vas a apoyar?
     -Vale, cuéntame el plan.
     -Sabes cual es la canción de India y Manu Carrasco no? (ver canción aquí) https://www.youtube.com/watch?v=31OR_Uki_gg
     -Claro esa canción es preciosa.
     -Pues esa canción preciosa que tu dices define complétamente lo que yo siento por ella, voy a trabajarla, a ajustarla y a hacerla íntima, a piano y voz, y cuando la tenga se la voy a cantar en los directos, como si solo estuviésemos las dos y nadie más, creo que esa va a ser la única manera de que me escuche.
     -Irene tienes unas ideas preciosas, pero arriesgas mucho.
     -Arriesgaría mi vida si hiciese falta para que me escuchara.
     -Vale, deja de decir ñoñerías, tienes que empezar cuanto antes, solo tienes una semana hasta los directos.
     -Antes tengo que hablar con Antonio para informarle del cambio.
     -Pues entonces no te vayas porque estará al caer.

Cuando llegó a casa, le conté la idea, pero saltándome todo lo relacionado con Malú, eso de momento solo lo sabría Vanesa, bueno y Alex porque iba a ser mi ayudante en toda esta locura.
Antonio se llevó las manos a la cabeza al escuchar mi propuesta, pero le convencí diciéndole que quería arriesgarme para poder seguir en el programa.

Ese día me fui a dormir temprano, porque me esperaba una semana muy agotadora, pero creo que merecería la pena. Por primera vez desde que pasó lo de Malú me sentía con ilusión y con ganas de darlo todo de mi para conseguir lo que me propuse, así que cuando sonó el despertador a las 6 de la mañana me levanté, me tomé mi café y me presenté en casa de Alex para empezar a trabajar cuanto antes.
     -Venga Alejandro levántate!! -dije subiendo la persiana de su habitación.- Es hora de trabajar y no hay tiempo que perder.
     -Joder Irene que solo son las 6!! -dijo aun tirado en la cama
     -Por mi como si son las 4, tengo que recuperar a la mujer de mi vida.
     -Vale ya voy pero deja de gritar ya.
Estuvimos hasta las 8 de la tarde ajustando la canción para conseguir que quedara como yo quería, íbamos bien, ya teníamos la partitura para piano y la letra listas, solo faltaba practicar.

Le pedí a Antonio que me dejara trabajar la canción a mi sola, sin su ayuda, al principio no quiso pero entre Vanesa y yo lo conseguimos.

 Dos días antes de los directos la canción ya estaba más que lista y le dije a Vanesa que se pasara por casa para escucharla y que invitara a India y a Manu también, era su canción y quería que la escuchasen en este formato tan intimo, eso si nadie más la escucharía hasta los directos, era una sorpresa.

Cuando estaba acabando de vestirme llamaron al timbre, ya habían llegado.
     -Alex abre que estoy acabando de vestirme. -le dije desde mi habitación, Alex se había quedado porque le hacía ilusión conocer a Manu, era muy fan suyo.
     -Voy! -dijo apresurándose para abrir.
Dos minutos después salí yo al salón y realicé las presentaciones.
     -Me ha pedido Manu que le disculpéis pero no podía venir porque tiene concierto en Zaragoza.
     -Jo que pena, Alex tenía muchas ganas de conocerle.
     -Pero no pasa nada, otro día me lo presentas que no te libras. -nos reímos todos ante su comentario.

Cuando canté la canción acompañándome del piano pude ver como a India y a Vane les caían algunas lágrimas.
     -Hija como lo hagas así de bien en los directos vas a provocar una inundación en el plató. -bromeó India mientras se quitaba las lágrimas de su cara bronceada.
Me dieron unos consejos e hicimos unos pequeños cambios para que la canción fuese más perfecta aun.
Después de todo les invité a quedarse a cenar y aceptaron gustósamente.
India y Alex se cayeron muy bien enseguida y empezaron a hablar, los dos eran de Córdoba y encontraron tema de conversación fácilmente.
     -Chicos tengo que irme, lo siento. -dijo India después de hablar por teléfono. -Vanesa yo me cojo un taxi.
     -Yo te llevo. -dijo Alex casi al instante.

Se despidió y me deseó suerte para los directos y se fue con Alex.

    -Aquí hay tema pero vamos... -dijo Vane riéndose cuando ellos se fueron.
    -Ya te digo porque Alex no gasta gasolina por cualquiera. -nos echamos unas risas las dos que me vinieron muy bien, llevaba demasiada tensión encima.
Vanesa se quedó un rato más calmándome, dándome unos consejos y diciéndome que todo saldría genial.

Por fin llegó el día, me lo jugaba todo a una carta, seguir en el programa y aclarar las cosas con Malú.
Sabía que estaba más que preparada y la actuación la tenía perfectamente memorizada en mi cabeza, pero aun así sentía muchos nervios.
Me tocó salir a cantar, dejé mi mente en blanco y me centré en la canción y en ella.
En medio del escenario se encontraba un precioso piano de cola.
Yo me senté y respiré hondo tres veces antes de empezar a tocar.
La única iluminación del escenario se centraba en el piano y en mi, el suelo estaba cubierto de una fina capa de humo que quería simular niebla.
Empecé a canta con los cerrados hasta que llegó el estribillo donde le miré fijamente a ella.
"Las siete maravillas del mundo son tus ojos profundos llenos de libertad. Los días y las noches sintiendo que aunque el mundo esté muerto, juntos podemos más."

Al terminarlo los volví a cerrar hasta el siguiente estribillo, justo para mirarle a ella, nuestras miradas chocaban cada vez que yo abría los ojos.
 Cuando llegó el último verso me levanté y fui caminando hasta estar justo delante de ella, porque para mi en aquel momento no había nadie más.
Cogí aire y mirándole fijamente susurré al micro:
"Si me ves sentirás que te quiero"



lunes, 28 de julio de 2014

CAPÍTULO 12: FRÁGILES.

Me desperté buscándola en la cama, pero esta vez no estaba allí abrazándome así que me levanté,  desayuné un café y salí a pasear a Mate antes de irme al taller a recoger la moto, por fin la habían arreglado y la podía volver a tener entre mis piernas.
Una vez acabé en el taller me dirigí al bar, me había costado una pasta arreglar la moto, pero al fin y al cabo era el único capricho que tenía, en el que no me importaba gastarme el dinero porque era montarme y sentirme libre.
Llegué al bar y fui a guardar el casco y el bolso para ponerme a trabajar, pero antes de dejarlo recibí un mensaje, era de Malú e inmediatamente se dibujó en mi una sonrisa.

"Buenos días!! me he tenido que ir antes de que te despertaras, espero que pases una buena mañana, he quedado con Vanesa para comer en el restaurante del otro día, me ha dicho que quería contarnos algo, nos vemos allí a las 14:00 se puntual y no me falles."
Leer ese mensaje inesperado me dibujó una gran sonrisa, yo le contesté con un "como la jefa mande" y me puse a trabajar.
La mañana se me hizo muy larga, no veía el momento de irme a comer con ellas hasta que por fin a las 13:30 cogí mi moto para ir al restaurante, como no estaba muy lejos llegué a tiempo, incluso antes que ellas, así que entré y me senté a esperarlas en  la misma mesa de la otra vez.
No tardaron en aparecer, iban las dos juntas y habían venido en la moto de Malú, me sorprendió ver a Vanesa tan contenta después de lo que le pasó con Antonio pero me alegraba mucho de verla sonreír.
       -Enanaaa has venido! -dijo Vanesa corriendo hacia mi mientras gritaba.
       -Si pero no grites que no tiran del restaurante. -le dije reuniéndole mientras me abrazaba, era un abrazo sincero. Malú nos miraba con una gran sonrisa y con los ojos brillantes de felicidad.
       -Venga va que parece que no os hayáis visto en años, vamos a comer que tengo hambre. -dijo sentándose.
       -Como la jefa diga. -dije yo riéndome para picarla mientras me sentaba, y cuando lo hice recibí una patada bien fuerte en la pierna.- Ahh pero serás brutaa!
       -Ya decía yo que tardaba mucho en pegarte, no se como te atreves a llamarle así sabiendo que te puede dejar coja de una patada. -dijo Vanesa riéndose mientras miraba la carta del restaurante.
       -Es que siempre me han gustado los deportes de riesgo. -recibí otra patada.- Ahh vale ya paro que me vas a dejar moraduras niña. Las dos empezaron a reírse otra vez.

La comida transcurrió tranquila, y hablamos de todo un poco, Vanesa nos dijo de ir a su casa para contarnos lo que pasó con Antonio y para tomarnos allí el café y nosotras accedimos sin problema.
Al salir del restaurante cada una se montó en su moto, y Vanesa se subió a la mía.
       -Ehhh ¿pero donde vas? -dijo Malú medio enfadada.- Eres una vendida, ahora te vas en su moto?
       -Hija es que tu das miedo conduciendo. -dijo Vane poniéndose el casco.- Además ella no sabe ir a mi casa.- Malú no esperó a escuchar su respuesta y se fue a toda velocidad.
Yo mientras conducía hacia casa de Vanesa pensé en la reacción de Malú al subir Vanesa en mi moto, sería una broma de las suyas, era imposible que se hubiese enfadado por eso, ¿por que iba a hacerlo? si entre nosotras no había nada, solo sexo y bueno solo lo había habido una vez, no se podía considerar nada.
Estuvimos hablando con  Vanesa y nos contó todo lo que había pasado con Antonio y Alba, resulta que Alba se besó con el a traición porque sabía que Vanesa había llegado a casa, Antonio solo había quedado con ella para ofrecerle un trabajo en su equipo de gira y ella hizo lo que hizo para cargarse la relación porque  Antonio le había tirado del programa.
Vanesa en un principio no se lo creyó, pero cuando se acordó de que yo le dije que Alba también se lió con Marta para debilitarme a mi, perdonó a Antonio y se arregló todo.
      -Esto parece una telenovela. -dije yo riéndome para relajar un poco la situación. Y funcionó porque las dos empezaron a reírse.
Estuvimos un rato más hablando hasta que Malú miró su móvil.
   
     -Este... -dijo rascándose la cabeza.- Tenemos que irnos Irene. Se me había olvidado que hoy habíamos quedado con Pablo.
     -Yo?? con Pablo para que? -dije extrañada.
     -Si hoy tienes que empezar conmigo los ensayos para los directos si quieres ganar claro, y Pablo que es mi asesor me ha pedido venir al ensayo para escucharte.
     -A vale perfecto, pero no me dijiste nada, creía que solo ensayaríamos aparte para las batallas, pero por mi más que perfecto. -dije sonriente, pero en ella seguía habiendo un poco de enfado por lo de la moto.
     -Pues vámonos. -dijo despidiéndose de Vane.
Yo también me despedí de Vane, que dijo que luego se pasaría por casa para escucharme también.

Al salir de casa de Vane le dije a Malú que pasaba por mi casa para recoger la guitarra e iba a su casa.
Me costó media hora solo porque no había trafico, y cuando Malú me abrió la puerta todo su zoo se me tiró encima.
Después de estar un largo rato acariciándoles, pasé a su casa y saludé a Pablo que estaba tocando la canción de Quien en el piano.
      -Encantada, soy Irene. -dije dándole dos besos.
      -Yo soy Pablo. -dijo con una gran sonrisa.
      -Si, sé quien eres, como para no conocerte tío. -dije riéndome, creo q con demasiada confianza.
      -Gracias tía. -empezó a reírse al darse cuenta de mi comentario y a mi me entró vergüenza.
      -Bueno ya os conocéis, ahora a trabajar. -dijo Malú frotándose las manos y haciéndose un moño.
      -Vale vamos a ello, que canción habías pensado cantar para los directos? -dijo Pablo mientras se volvía a sentar en el piano y yo sacaba mi guitarra.
      -Pues... quería probar con Habla de Manuel Carrasco, ¿que os parece?.- creo que no se esperaban una canción así, yo tampoco pero la había elegido como indirecta para ver si Malú decía algo, ya que el ataque de celos que le había dado por llevar a Vanesa antes en mi moto me había dejado descolocada.
      -Vale podemos probar. -dijo Pablo empezando a tocar el piano, pero se quedó pensando un momento. -Quedará más bonito si tocas el piano no? me ha dicho Malú que sabes tocarlo.
      -Ufff que vergüenza, pero vale. -me cedió el asiento y empecé con las primeras notas.
Canté toda la canción mirándole a los ojos fijamente, esperando su respuesta, pero ella solo me sostenía la mirada. Haber elegido esa canción no me sirvió de nada, ¿seguía enfadada? para que me hacía ilusiones, enserio había llegado a pensar que me repetiría lo de aquella noche, que de verdad me quería, pero no, me estaba haciendo daño yo misma, acababa de romper una relación de 4 años y había llegado a pensar que mi ídola me quería. ¿Se puede ser más idiota?
Es verdad que yo dejé claro que no me quería enamorar y es normal que ella quiese jugar, yo había dicho que solo quería eso, pero bueno, uno no elige cuando y de quien se enamora, mi mayor error era pensar que a ella le había pasado conmigo, pero que me había fumado? además es hetero.
Irene eres gilipollas. Me dije a mi misma y merecía un premio por ello.

Nos pasamos una hora y media probando cosas nuevas para esa canción y la verdad sonaba muy bonita, era una gran canción, pero yo no me centraba, hacía rato que estaba perdida en su sonrisa y su voz, necesitaba acabar cuanto antes irme de allí y dejar de pensar en todo.

     -Bueno creo que ya es suficiente por hoy. -dijo Malú, que se había dado cuenta de que ya estaba cansada y no atendía.
     -Si, ya se ha hecho tarde. Será mejor que me vaya. -dije cogiendo el casco de la mesa.
     -Oye Malú me dejas un casco y me voy con Irene. ¿te importa llevarme? es que no llevo dinero para el taxi. -dijo con una gran sonrisa y yo no me negué, ¿por que tenía que hacerlo, el chico me había caído genial, me recordaba mucho a Alex, super achuchable y simpático, además quería ver si esta vez a Malú le molestaba si subía a Pablo a mi moto.
     -Claro, yo te llevo.- dije contestándole con una sonrisa, y miré la cara de Malú, exactamente la misma que antes.
     -¿Por que no os quedáis a cenar? podríamos hacer una cena en el jardín con los chicos que hace tiempo que no vienen. ¿que os parece?. -dijo cambiando su enfado por una sonrisa.
     -Muy buena idea. -dijo Pablo dejando el casco y sacando el móvil.-Perfecto voy a llamarles.  
     - Irene tu te quedas? -dijo Malú invitándome. Yo no tenía ganas de verla pero saber que iba a conocer a sus amigos del oficio pues me animaba.
     -Yo no quiero molestar, si has quedado con tus amigos. -dije sin soltar el casco.
     -Anda quédate que tu eres una amiga.-esas palabras me mataron por dentro, estaba claro que sería más que eso, pero bueno no iba a irme, aunque fuese la quería mantener como una amiga.

Al cabo de media hora ya habían llegado todos, Pastora, Vanesa, Antonio, Melendi, Pablo Lopez, India Martínez y Manuel Carrasco.
Entre Vanesa y Antonio me los presentaron a todos mientras Malú y Pablo Alborán preparaban el jardín.
Eran todos super buenos conmigo, y no paraban de hacer chistes, se veía que eran grandes amigos.
Para cenar pedimos unas pizzas y nos las comimos tirados en el césped rodeados de las perras de Malú que no paraban de intentar robarnos la comida.
Después de la cena vinieron las copas, yo decidí que no iba a beber porque tenía que volver pronto en moto ya que el día siguiente madrugaba para ir al bar.

Fui  al baño mientras en el jardín se quedaron todos cantando y tocando la guitarra. Miré el reloj y ya era tarde así que antes de bajar al jardín pasé por la habitación donde habíamos dejado  nuestras cosas, tenía que coger la guitarra y el casco.
Al entrar me di cuenta de que estaba Pablo dentro, acababa de guardar el móvil y me saludó con una sonrisa.
     -¿Donde va esta preciosidad? -dijo cogiendo mi mano.
     -Me voy ya que mañana madrugo. -le sonreí.
     -Jo ahora que empezaba lo bueno... -me acercó a él y me cogió de la cintura. A mi no se porque me entró la risa tonta. ¿que estaba haciendo? a mi no me gustaban los tíos y eso lo sabía desde que tenía 15 años.
     -Que haces tonto?.-dije sin apartarme, y el me cerró la boca con un beso y no se porque yo le respondí al beso, en realidad si que sabía porque lo hacía, necesitaba olvidarme de la tarde con Malú.
   
     -Alboranito has visto a Irene? .-dijo alguien abriendo la puerta sin que nos diera tiempo a separarnos.- ¿que hacéis? -Pablo se fue de la habitación sin decir nada. Y Malú empezó a llorar.
     -Eh Malú pero que te pasa? creía que lo nuestro era solo diversión, le intenté quitar una lágrima pero se apartó.
     -Solo diversión? crees que mis miradas decían eso? -volvió a llorar esta vez más fuerte.
     -Joder Malú ¿por que no me has dicho nada? yo... -no me dejó acabar.
     -Ya te lo dije aquella noche ¿no te acuerdas?
     -Si que me acuerdo y eso me rompió por dentro, la que no te acordabas eras tú o eso me dijiste. Me tragué lo sentimientos que yo sentía porque decías que no te acordabas, que iba a hacer, pensé que lo dijiste porque ibas borracha.
     -Pues no Irene, te lo dije porque TE QUIERO! -dijo casi sin voz y se rompió complétamente por dentro.
     -Yo también te quiero Malú... -me cortó.
     -Vete a la mierda.
     -Malú joder que te lo digo de verdad, déjame que me explique. -le cogí la mano.
     -Vete por favor.


Yo recogí todas mis cosas, bajé a despedirme haciendo fuerza para no llorar hasta salir de la casa.
Antes de irme cogí a Vanesa y me aparté del resto para hablar con ella.
     -Eh que te pasa? -dijo mirándome extrañada.
     -Cállate y escúchame.
     -Te escucho dime que pasa. -empezaron a salirme las primeras lágrimas que pesaban mucho ya en mis  ojos.
     -Sube y cuida de Malú por favor. -dije quitándome bruscamente las lágrimas de la cara.
     -¿Que ha pasado?
     -Hazme caso, te lo contaré todo.
     -Vale, pero no llores. -me acompañó hasta la moto. Yo me puse el casco y subí a la moto sin dejar de llorar.
     -Cuida de ella por favor.

Y tras esas palabras arranqué la moto y desaparecí.






domingo, 27 de julio de 2014

CAPÍTULO 11: TÚ ME HAS HECHO MÁS FUERTE

Esas palabras se quedaron retumbando en mis oídos y grabadas en mi cabeza.
¿Sería verdad eso que acababa de decir? ¿me quería? ¿Como iba a quererme Malú? lo que pasaba es que iba borracha, además ella nunca había estado con una chica, era imposible que fuese verdad lo que había dicho.
Lo mejor sería esperarse a que se despertara para ver como reaccionaba a la situación.
Poco a poco me fui quedando dormida, respirando solamente el dulce olor desprendía su pelo y cuando desperté ella seguía dormida en mis brazos, no se había movido en ningún momento, me giré para ver la hora en el despertador en forma de gatito que tenía en su mesa de noche, me hizo mucha gracia y me recordó a la hija de Guille, Malú era una mujer que parecía madura pero que en el fondo seguía siendo una niña.
Todavía era temprano así que decidí no moverme para que no se despertara.
Creí que después de todo el alcohol que consumí ayer podría olvidar sus palabras, pero conseguí el efecto contrario, me acordaba de todo lo que había pasado, de cada gesto y cada suspiro.
Estaba tan metida en mis pensamientos que no me di cuenta de ella se había despertado y llevaba un rato mirándome.
       -Oye estas muy interesante cuando te quedas mirando el techo. -dijo con una risita.- En que piensas?. -no se movió de mi pecho, yo bajé mi mirada hasta sus ojos que me miraban y suspiré.
       -Pienso en todo lo que pasó anoche Malú. -le dije acariciándole un brazo, esperando que ella se pronunciase, que dijese algo para aclarar mis pensamientos, pero su respuesta me desconcertó más si era posible.
       -¿Que pasó anoche? solo se que debí de beber mucho porque no me acuerdo de nada y me duele mucho la cabeza. -dijo esta vez moviéndose al darse cuenta de como estaba abrazándome.
       -Pues.... -pensé un momento en si debía contárselo o no, pero si su cabeza había decidido olvidarlo sería mejor no recordárselo.- Vanesa vino porque había dejado a Antonio y se quedó a dormir en la habitación de invitados. -dije al final, saltándome todo lo que pasó antes y después.

Nos levantamos y fuimos a ver como estaba Vanesa, pero solo encontramos una nota.

   "Parejita estabais tan monas durmiendo que he decidido irme sin despertaros, espero que no os desperteis con mucha resaca, yo me voy que tengo que hablar con Antonio sobre lo que pasó ayer, seguro que fue un mal entendido.
Un besito princesas.
PD: os dejo el café preparado"

Nos entró la risa el leer su mensaje, fuimos a la cocina y desayunamos tranquilamente eso si sin sacar el tema de la noche anterior.
 Cuando acabamos le dije que iba a llamar a un taxi para ir al bar, ya que hoy trabajaba, pero ella se negó.
     -No, ni hablar tu no te vas en taxi, te llevo yo, además tengo que salir a unas cosas y me viene de paso. -dijo cogiendo las llaves de la moto y dos cascos de color negro, muy elegantes.
     -Si claro seguro que Vallecas te pilla de paso para ir al centro, chica búscate una escusa mejor. -dije riéndome.
     -Venga no seas tonta, encima de que te voy a dejar probar la moto... -le quité el caso de la mano y antes de ponérmelo le di un fuerte beso en  mejilla que causó su sonrisa.
     -Gracias jefa! -dije muy feliz.
     -Que no me llames jefa!! ¿como tengo que explicártelo? -me pegó un puñetazo en el brazo.
     -Auuu! que bestia eres cuando te lo propones eh Malusiita? -provoqué su risa y nos subimos a la moto.
   
     -Te aviso, esta es más potente que la tuya, y no te pases con la velocidad que luego las multas me llegan a mi. -no le dejé terminar y pegué un acelerón, ella se abrazó fuerte a mi.
No me soltó en todo el camino hasta el bar y la verdad es que a mi tampoco me molestó.

Al llegar me quité el casco y realicé el típico movimiento sexy con la cabeza para mover el pelo, ella emitió un silbido de obrero y las dos nos echamos a reír.
     -Toma que se te olvidaba el casco. -dije dándoselo, pero ella no lo cogió.
     -No, quédatelo, luego paso a por ti y vamos a cenar? -dijo arrancando la preciosa moto.
     -No sé cuanto trabajo tendré hoy, llámame luego y te digo algo.
     -Vale chica pantene como quieras, luego hablamos.
     -Adiós jefa!. -dije riéndome y ella aceleró y me dedico un precioso corte de manga.


Sin nada más entré en el bar, no sé por que me sentía muy feliz, aunque la sonrisa me duró poco, allí estaba Marta sentada esperándome.
     -¿se puede saber que coño hace esta aquí?  -le dije a Guille muy enfadada entrando en la cocina.
     -Irene llevo 2 horas diciéndole que se vaya pero esta convencida de que no se irá de aquí hasta hablar contigo.
     -Perfecto Guille, perfecto, justo lo que yo necesito ahora no es hablar con ella. -dije enfadada dejando el casco y el móvil en la mesa.
     -Lo siento Irene he hecho todo lo que he podido para que se fuese, hasta le he ofrecido dinero, te juro que lo siento.

Sin contestarle salí al bar, había muy poca gente, me dirigí a la mesa en la que estaba ella, y sin ganas me senté.
     -Dime que quieres y a que has venido, cuando antes mejor, porque no quiero saber nada de ti. -le dije muy claro y sin ninguna señal de simpatía en mis palabras.
     -Irene yo quiero pedirte perdón por todo lo que ha pasado. -me cogió la mano y nada más hacerlo yo me solté.- Podemos volver a intentarlo, ha sido un error que te juro que no volveré a cometer, yo te quiero Irene.
     -No te atrevas a decir nunca más esas palabras, te queda claro, yo no soy nada tuyo. Por cierto, hoy mismo vuelvo a casa, así que buscate otro sitio donde dormir que te largas de allí.
     -Claro ya me he ido, puedes volver cuando quieras, no te molesto más. -se fue casi llorando.

Puede que hubiese sido un poco borde con ella, pero al fin y al cabo se lo merecía por todo lo que me había hecho pasar.
Como había poco trabajo hablé con Guille y me fui a llevar todas mis cosas a casa otra vez.

No me costó mucho ya que solo me había llevado lo esencial a casa de Alex.
Puse una lavadora y me senté con Mate a hacer ñoñerías en el sofá, al levantar la cabeza vi allí a Marta observándonos con los ojos brillantes y una sonrisa de estúpida.
        -¿Y ahora que quieres? -dije cambiando mi sonrisa por una cara de asco.
        -Solo he venido a traerte las llaves y a que me escuches por última vez aunque sea.
        -Tienes 10 minutos y desapareces de mi vida.
        -Irene, cometí un gran error, me dejé guiar por todo lo que me decía Alba, y al final no se como pasó, yo te quiero, nunca he estado más segura de eso y me duele mucho haberte hecho esto, llevamos juntas desde que viniste a Madrid, siempre hemos estado la una para la otra, no podemos mandarlo todo a la mierda por esto. -dijo llorando.
        -Marta, tu no sabes lo que yo he pasado estas semanas gracias a ti y a tu amiguita Alba, espero que la estés disfrutando bien chica, porque te has cargado todo lo que teníamos por un capricho. Puede que a ti te parezca una tontería, pero por esa tontería yo he tenido un accidente de moto, he estado hundida en la mierda y casi dejo pasar por delante el sueño de toda mi vida, ¿te sigue pareciendo una tontería?
        - Irene ya te he dicho que fui una estúpida, Alba solo quería hacernos daño, quería debilitarte para poder ganarte en las batallas y seguir en el programa, yo no me quise dar cuenta, después de que nos pillaras desapareció y no me a hablado, solo me había utilizado, me siento muy mal. Se que puedo perderte y me siento peor aun si se puede.
       -Siempre supe que eras una caprichosa pero no hasta este punto, seguro que si Alba hubiese seguido hablándote no estarías aquí, estarías con ella pasándotelo genial verdad? Si por casualidad te vuelve a hablar le dices que ha conseguido todo lo contrario de lo que pretendía, y tú le has ayudado así que te tengo que dar las gracias.
       -No me hagas esto por favor. -dijo y me besó como hacía tiempo. Pero yo no podía permitirle que entrara y desordenara mis planes otra vez, así que me levanté apartándome de ella.
       -Fuera, ya han pasado tus 10 minutos, desaparece de mi vida, PARA SIEMPRE!!!! -esto último lo dije llorando.

Cuando se fue yo me quedé destrozada, me dolía mucho todo lo que le había dicho y verla llorar así, pero sé que algún día me lo agradecería a mi misma, que conseguiría ser feliz sin ella.

El sonido del  móvil interrumpió mis pensamientos, era Malú, no me acordaba de que había quedado con ella para cenar, la verdad es que no me quedaban muchas ganas de salir después de todo lo que había pasado así que la invité a cenar a casa con la escusa de celebrar que había vuelto a vivir en mi casa.
Llegó a la media hora, yo ya había preparado lo que quería parecerse a una cena, pero que a simple vista ya se veía que estaría muy malo, era una tortilla, si es verdad que tienes que ser muy malo  para que te salga mal una tortilla, pero yo era sí, estaba quemada por fuera y cruda por dentro, al fin y al cabo era lo único que le podía ofrecer porque no me había dado tiempo de ir a comprar así que recé por que no viniese con mucha hambre.
        -mmm que hambre me provocan los ensayos, espero que me hayas preparado algo bueno bueno. .dijo tocándose la tripa, mierda la primera en la frente.
        -Bueno si, lo he intentado, pero entre que no se cocinar y que no tenía casi nada en la nevera pues ha salido lo que ha salido... -dije enseñándole el plato de tortilla.
        -A lo mejor está rico, venga vamos a provarlo. -me dio un beso en la mejilla y se sentó.
Yo no quise provarla, me esperé a ver su cara, que fue bastante divertida al comprobar las sospechas, la tortilla estaba asquerosa.
        -Mmm tienes por ahí el número del telepizza? -dijo mientras bebía agua.
Yo me reí y fui a buscarlo, minutos  después ya las habíamos pedido y tiramos la tortilla.
        -Esto no se lo come ni Mate. -dije deshaciéndome de la tortilla. Malú se echo a reír mientras acariciaba al bichón.
        -Pero bueno ha sido un detalle, además el mensaje subliminal ha sido un puntazo. -dijo esta vez riéndose de la cara que se me quedó.
 No había pensado en que podría llegar a pensar eso si le hacía una tortilla para cenar.

Mientras esperábamos las pizzas le conté todo lo que había pasado con Marta y ella me escuchó, interviniendo cuando era necesario y abrazándome cuando la situación lo requería.
Llegó la cena y nos la comimos en un segundo, las dos estábamos muertas de hambre.

Estábamos las dos tiradas en el sofá agotadas cuando a ella se le ocurrió una idea genial para animarme.
        -Creo que he encontrado la canción perfecta que creo que describe lo que sientes ahora y que seguro que te anima. -sonrió y sin más se puso a cantar.

"Ya no me pinto mi sonrisa nueva para recibirte. Ya no me muero por besar tus labios ni quemar tu piel. Ya no me rompo la esperanza a golpes contra tu inconsciencia. Murió mi paciencia y ahora estoy despierta y no me quedan ganas para verte más. Ya no recuerdo que me hizo un día quedarme a tú lado. Por más que quiera no recuerdo qué pude encontrar en ti. He estado ciega demasiado tiempo, y ahora estoy cansada de seguirte el juego. Cuando nazca el alba estaré muy lejos, muy lejos de ti. No te puedo creer. Ya ni quiero creerte. Te olvidaste de mí. Me tenías enfrente. Esta idiota se va. Voy a cambiar mi suerte. Ya no temo tu voz, tú, tú me has hecho mas fuerte. "
La verdad es que si que consiguió sacarme una gran sonrisa, esa canción definía perfectamente mis sentimientos. Consiguió que fuese feliz por unos minutos.
No paró en esa canción, siguió como si estuviese en uno de sus conciertos y yo le aplaudía y le chillaba como su fan número uno.
Cayó exhausta en el sofá y aproveché para cantar yo una de sus canciones, la que le seguía en el concierto. Reconozco que fui muy atrevida al elegir esa canción pero la respuesta de su mirada al empezar a cantar me dijo que había acertado.

Terminé de cantar ese espectacular "ven a pervertirme" y se tiró a mis brazos, empezó a besarme con mucha pasión y yo más necesitada que nunca le seguí el juego, la cogí por la cintura y me la llevé a la cama, donde estaríamos más cómodas.
Nos desnudamos entre besos, caricias y mordiscos.
Cuando me deshice del sujetador, soltó un leve gemido que erizó mi cuerpo entero.
Me dediqué a ella por completo, haciéndole el amor como mejor sabía, degustando cada parte de su perfecto cuerpo, besando cada rincón hasta hacerle temblar de placer.
Y sudadas con la respiración agitada nos quedamos dormidas, abrazadas como la noche anterior, su cabeza en mi pecho y su mano  mi cintura.





sábado, 26 de julio de 2014

CAPÍTULO 10: ENAMÓRAME LA VIDA

Con sus manos en mi cuello y sus piernas entrelazadas en mi cintura fuimos hacia el sofá, sin separar nuestras lenguas en ningún momento.
Mis manos se perdieron en su espalda y las suyas recorrieron mi cuello suavemente.
   -Eres muy suave que lo sepas. -me mordió el cuello.- Y muy dulce.-Volvió a morderme.
   -Tu si que eres dulce. -bajé mis manos a su culo y me perdí en su boca.

Me cogió las manos y bajo de encima de mi, llevándome hacia no sé que lugar, pero la verdad tampoco me importaba.
Entre besos y caricias llegamos a una gran cama y esta vez le tiré yo a ella y me senté encima.
Yo estaba perdiéndome en su cuello ya cuando el sonido del telefonillo nos sorprendió, no hicimos caso y seguimos perdiéndonos en nosotras mismas, pero duró poco porque volvieron a llamar y esta vez se escuchó a una voz al otro lado.
       -Malú abreme por favor.
Paramos inmediatamente, nadie podía saber lo que pasaba aquí.
       -Mierda, nos han pillado. -dije yo llevándome las manos a la cabeza.
       -Relájate, es Vanesa y viendo lo borrachas que vamos se creerá cualquier cosa antes que yo me haya liado con una tía. Ahora vete al salón y disimula. -dijo esto último con su boca a tan solo unos centímetros de la mía con intención de provocarme y demostrarme que esto no se iba a acabar así.

Yo me senté y Malú fue decidida a abrir.
Cuando llegaron al salón Vanesa se sorprendió de ver que aun estaba allí.

Se sentó y empezó a beber de la botella que anteriormente nos unió a Malú a mi.

Malú se la quitó rápidamente y le cogió la cara con las dos manos.
    -Eh, ya está, cuentame que ha pasado. -dijo solventándole la cara con las manos.- Vamos no puede ser tan malo no?

Vanesa no contestó y se echó a llorar, Malú no sabía que hacer así que me acerqué a ellas y tranquilicé a Vanesa como pude hasta que dejó de llorar en mi hombro e intentó contarnos lo que había pasado.
    -Antonio... -hizo una pausa para coger aire.
    -Yo me voy, creo que es una cosa que tenéis que hablar vosotras y yo no pinto nada. -me levanté pero Vanesa tiró de mi mano para que me volviese a sentar.
    -Esto también quiero que lo escuches tú. -Nos miró a las dos.- He dejado a Antonio. -empezó a llorar desconsoládamente otra vez.
     -¿como? pero que os ha pasado? Si estabais genial- dijo Malú cogiéndole una mano.
     -Todo empezó en uno de los ensayos para las batallas, yo notaba a Antonio ya un tiempo raro, pero no le quise dar importancia, pensé que sería por todo el trabajo que tenía en el programa, pero a parte el estaba muy cariñoso con una de sus talents, el día que quedamos nosotras para comer, el se enfadó y se quedó con ella, yo...- se derrumbó.- Yo pensé que era así con ella porque no quería quedar como un borde delante de todos, pero no, hoy cuando he llegado a casa estaban los dos besándose, como me besaba a mi Malú, yo creía que era única para él, pero solo he sido una más.
     -Vanesa venga, ya está le dije yo abrazándola con todas mis fuerzas mientras ella se volvía a romper por dentro.
     -Y sabes lo peor de todo? era ella, era Alba, la chica con la que competiste en las batallas. -esta vez era a mi la que no me salían las palabras de la rabia que sentí.- La misma que se empezó a reír de ti y de mi Malú el día que fuimos a hablar con ella después de que se encerrase Irene a llorar. Ahora ya se porque se reía tanto...

Nadie sabía que decir, simplemente calmamos a Vanesa con nuestros abrazos hasta que de tanto llorar se quedó dormida y la llevamos a la habitación de invitados.

Regresamos al salón, a mi de la situación que acabábamos de vivir se me había pasado el pedo de golpe, pero en cambio Malú empezó a beber más y a ponerse nerviosa por culpa de Antonio y Alba.
La situación se fue relajando y estuvimos un rato más hablando, concretamente hasta que se le acabo la botella, empezó a sincerarse, se dice que los niños y los borrachos son los únicos que dicen verdades, pero no creo que eso sea muy fiable.

   -Venga, ves a acostarte ya que es tarde y ya a habido suficiente por hoy. dije tirando de su mano para levantarla del sofá, pero al hacerlo me di cuenta de que en su estado no sería capaz de dar dos pasos sin partirse la cara contra el suelo. Así que la cogí en brazos y la llevé hacia su habitación.
Cuando ya estaba acostada yo me iba a ir al sofá a intentar dormir porque no era hora para llamar a un taxi, pero bajando las escaleras escuché que me estaba llamando y volví a la habitación.
   -¿Que te pasa? -pregunté asustada.
   -Nada, no quiero dormir sola, quédate aquí por favor.
yo no tenía ganas de pelear así que me acosté en uno de los lados de la cama y nada más hacerlo Malú sé abrazó a mi y apoyó su cabeza en mi pecho, yo para conseguir que se durmiese le acaricié un poco el pelo.
Creía que ya se había dormido pero en un momento levantó su mirada buscando la mía en la oscuridad de la habitación.
   -Irene.
   -Dime pequeña. -le dije casi en un susurro, sin dejar de acariciarle el pelo.
   -Me gustaría ser tu carpe diem todos los días hasta conseguir que te olvides de Marta. Yo... creo que te quiero Irene...

Y tras dedicarme esas palabras se quedó dormida...



               










viernes, 25 de julio de 2014

CAPÍTULO 9: OJALÁ

¿Como? Escuchar esa voz detrás de la puerta me desconcertó, ¿que hacía allí?
Me quité las lágrimas de la cara y abrí la puerta, allí estaban Malú y Vanesa con cara de preocupación.
Sin decir nada entraron y Malú me abrazó como había hecho ya en varias ocasiones, yo ya le estaba cogiendo el gustillo a estar entre sus brazos la verdad.
    -Nena ya ha pasado, ya está. -intentó consolarme. -Esa gilipollas ya ha tenido lo que se merecía.
    -Si nosotras mismas le hemos cantado las cuarenta.-dijo Vanesa separándome de Malú para ser ella quien me abrazara.

Yo no sabía que decir ni que hacer, simplemente busqué el consuelo en sus labios, sin acordarme de que Malú estaba delante.
Vanesa me apartó la cara y se separó de mi. ¿Que le pasaba ahora?
Malú no dijo nada, simplemente se quedó observándonos con una cara un poco desconcertante, no sabía bien lo que estaba pensando.
    -¿Que haces tu aquí? en los estudios me refiero. -me dirigí a Vane un poco dudosa.
    -Pues...- iba a contestar cuando le cortó Malú con clara voz de enfado.
    -Es la asesora de Antonio, y su novia. -Tras esas palabras salió dando un portazo.

A mi ese portazo me dolió en el alma.
Vanesa vino a abrazarme pero esta vez fui yo la que me aparté.
Le dije que tenía que volver a plató porque iban a elegir a los dos talents que pasaban diréctamente a los directos.

Todo el tiempo que duró la grabación me lo pase pensando en lo ocurrido hacía un rato en la sala con Vane  y Malú, la reacción de Malú.

Estaba recogiendo todas mis cosas, porque no tendría que volver hasta los directos, había pasado directa, se que debería estar muy contenta pero llevaba tantas cosas en la cabeza, había pasado todo tan rápido que el sentimiento que predominaba en mi en esos momentos era confusión.
Una voz me sacó de mis pensamientos, era Malú.
   -¿Irene tienes un momento? -me preguntó, pero no se espero a recibir respuesta y siguió hablándome. -Vente a cenar esta noche a mi casa por favor, necesito hablar contigo y con Vanesa, hay que solucionar esto como sea. -se le notaba enfadada, pero menos que antes.
   -Claro, lo siento por lo de antes. -le dije, aunque no se porque le pedía disculpas.
   -Esta noche hablamos ¿vale? -me dio una caricia y se fue.
   -Espera! no me has dado la dirección. -dije antes de que desapareciese por la puerta.


Fui a casa a ducharme y prepararme para la cena en casa de Malú.
No sé que me pasaba pero estaba muy nerviosa, me sudaban las manos, nunca me había esto y no se porque tenía que pasarme ahora.
Al llegar me di cuenta de que su casa estaba bastante cerca de la de Vanesa, en la urbanización esa tan pija.
Solo con deciros que el hombre del taxi al darle la dirección le faltó ponerme la alfombra roja...

Su casa era bastante grande y muy bonita.
En la puerta había una Yamaha Vmax(200vc) que me dejó embobada.
    -Eh te vas a quedar ahí toda la noche o piensas pasar? -dijo Malú riéndose al ver mi cara.
    -Sí ya entro. -dije mirando por última vez aquella preciosidad de dos ruedas.
    -Parece que te alegres más de ver mi moto que a mi. -dijo sin parar de reírse mientras me invitaba a entrar.
    -Hombre te digo que una vueltecilla no me importaría dar con eso entre mis piernas. -el comentario debió de sonar mal porque le entró un ataque de risa de los que te pones a llorar y todo.
    -Después de la última experiencia tuya con la moto prefiero que la mía siga funcionando. -ese comentario a mi no me hizo mucha gracia porque me recordó el porque estaba allí en su casa.

Al entrar me di cuenta de que Vanesa ya había llegado y se le notaba muy nerviosa, igual que a mi.
Cenamos entre risas, contando cosas del programa, las grabaciones... pero no sacamos el tema hasta después de tomar el café.
    -Estaba muy bueno todo Malú, muchas gracias. -dije agradecida por haberme invitado a cenar.
    -A vosotras por venir, por cierto, creo que hay un tema del que deberíamos hablar, al menos que me entere de todo lo que ha pasado, porque me tenéis en un sin vivir las dos.

Nos acomodamos en el sofá, Malú se quedó abrazada a uno de los cojines y escuchó atentamente mientras le contamos todo lo que pasó el día que fuimos a casa de Vanesa.

La cara de Malú era de rabia y desconcierto, le impactaron mucho las palabras que acababa de oír y Vanesa y yo lo notamos.
Se creo un silencio con mucha tensión, más de la que mi cuerpo me permitía soportar, así que me aclaré la voz y me dispuse a hablar.

    -Yo...-dudé un segundo en si debía contarles mi situación, pero accedí, ellas se habían preocupado por mi sin saber el motivo de mi derrumbe, se merecían una explicación y este era el momento.
Les expliqué todo lo que me había pasado con Marta, sin saltarme un solo detalle, lo hice así porque necesitaba contárselo a alguien y ellas con sus miradas me transmitían la tranquilidad y la confianza que yo necesitaba.
    -Y apareciste tú. -me quede mirando a Malú con los ojos brillantes, entre felicidad y dolor.- Apareciste con tus tonterías, tus risas y tus abrazos, si esos abrazos que tienen la magia de recomponerte por dentro a la vez que rompen en mil pedazos. Desde el principio supiste entenderme y tranquilizarme con una sola mirada y te agradezco mucho que me dieses el tiempo que necesitaba para poder contarte todo esto. -a Malú le corrió una lágrima por la mejilla y yo como acto reflejo se la limpié.- Ey pero no me llores ahora enana. -dije, esta vez era a mi a quién le salió la lagrimilla y ella me dio un beso en la frente, el más dulce que me habían dado en la vida.
Me separé un poco y esta vez me dirigí a Vanesa.
    -Y tú... -le cogí la mano.- Eres un ángel que conocí gracias a Malú, que transmites muchísima paz y que te has ganado mi confianza enseguida, porque se te ve en la cara que eres puro amor. -resoplé y me dispuse a decir todo aquello que guardaba dentro.- Siento que hayas tenido que aparecer en este momento de mi vida, haberte utilizado para intentar olvidar, siento haberte hecho daño y haber pensado que esto podía pasar, que yo pudiese estar contigo... Solo espero que puedas perdonarme y que alguna vez puedas volver a confiar en mi.

    -Irene, eres un cielo y estas perdonada desde el momento uno, porque la mayor parte de la culpa es mía. -me abrazó.- Eres muy grande, de verdad y ya verás como encuentras a esa persona que te hace sentir especial, que te mima y que te cuida, y sobre todo que te quiere.

    -Ojalá, pero creo que estoy en un momento de mi vida en el que quiero divertirme, vivir la vida y hacer lo que me apetezca en cada instante, aunque luego me arrepienta.
    -Carpe diem hermana!! -dijo Vanesa moviendo las manos como si fuese una rapera.
Empezamos a reírnos hasta llorar, por primera vez en mucho tiempo me sentía completamente feliz, había encontrado a dos grandes personas que pese a conocerlas de poco me habían demostrado mucho y sabía que podría contar con ellas para lo que fuese.

Malú rompió el silencio y la paz que se respiraba al acabar las risas, se puso en pie y dijo gritando:
    -Panda de aburridas como sigáis calladas me quedo dormida aquí mismo.
    -Joder la nena que genio tiene!-dije bromeando y como respuesta recibí un cojinazo en toda la cara.
    -Upss se me ha escapado el cojín. -dijo con voz de niña pequeña. Y se fue a la cocina a por unas copas.
    -A mi no me saques nada. -dijo vanesa mientras recogía sus cosas. -He quedado con Antonio y ya llego tarde.
    -Jo tía siempre te vas en el mejor momento, pues ale vete a comerle la boca a tu novio que nosotras seguiremos con la fiesta sin ti.
A Vanesa le entró risa por el comentario que había hecho su amiga. Malú cuando se lo proponía podía ser la más bruta.

Vane se despidió de nosotras y me dijo que quedariamos para hablar del programa y para ensayar. Después se fue dejándome sola con Malú.

    -Malú... esto... yo creo q tendría que irme ya no?. -dije rascándome la cabeza.
    -¿Estaras de broma no? no me vas a dejar aquí sola ahora que empezaba la fiesta!
    -Creo que ya has podido comprobar lo que pasa cuando juntas a una Irene cornuda con el alcohol y con una tía que está muuuuy buena.
    -Hombre gracias por el piropo. -dijo haciéndome un guiño.- Pero tu no te vas de aquí como que me llamo María Lucía Sanchez Benitez!
    -Y olé, ya te podrían haber puesto un nombre un poco más corto hija que cada vez que lo dices rezo para que no te ahogues a mitad.
    -Estúpida deja ya de meterte conmigo y ayudame a sacar unos vasos de chupito que se me ha ocurrido una idea genial.
    -Miedo me das cuando dices eso y además pones esa cara de pensar. -dije mientras me levantaba para ayudarle.

Nos sentamos las dos como indios en la alfombra de su salón, una frente a la otra, cada una con un vaso de chupito y con la botella en medio.
El juego se llamaba "yo nunca he..." y tenias que hacer preguntas para saber si una persona ha hecho una cosa o no, la persona que si que la haya hecho tendrá que beberse el vaso y así hasta que te canses o estés tan borracho que no puedas hacer preguntas.

    -A ver empiezo yo.- dijo emocionada.

Estuvimos un tiempo haciendo preguntas en las que las dos beberíamos seguro para así ponernos un poco a tono, pero cuando ya empezábamos notar el efecto del alcohol en nosotras, aparecieron preguntas un poco más atrevidas.

    -Mmmm me toca, yo nunca le he mirado las tetas a una amiga. -dije mientras llenaba los vasos, cosa que duró poco porque se lo bebió de golpe. -María Lucía me sorprendes eh. -volvía a llenar su vaso y ella preguntó.
    -Yo nunca lo he hecho en público.- esta vez fui yo la que bebí y le sorprendí.
    -Vaya vaya la nena como se las gasta.
    -Me toca! -me pensé mucho la pregunta, tenía curiosidad así que la solté.- Yo nunca he besado a una chica...
Yo bebí nada más acabar de hablar y cuando dejé el vaso me fijé en que me estaba mirando fijamente, me asusté, creía que se había enfadado y cuando iba a hablar me cayó la boca con un beso lleno de pasión, de esos que queman, después se separó.
    -Ahora ya puedo beber.- y se lo tragó de golpe.

Se volvió a mirarme otra vez, se me sentó encima y me volvió a besar, esta vez con más pasión si cabe.

    -Malú para. -dije con la voz entrecortada. -No quiero que pase como el otro día con Vanesa...
    -Carpe diem decías antes no? -dijo sin separarse de mi.

Esta vez fui yo la que le mordió el labio y empezó a besarla.










miércoles, 23 de julio de 2014

CAPÍTULO 8: INEVITABLE

Íbamos ya por el postre y yo aun estaba flipando, estaba comiendo con mi cantante y mi cantautora favoritas, era como si alguien se hubiese metido en mi cabeza y estuviese cumpliendo cada uno de mis sueños...

   -Oye.-me dijo Vanesa cogiéndome la mano.- Tú no te creas que te vas a librar eh.- yo no entendía nada, ¿a que venía eso?. -No, no me pongas esa cara, a mi me tienes que cantar algo, no me puedes dejar así después de lo de antes.
   -No, me niego, ¿como voy a cantarte a ti?¿esta volviéndose loco el mundo?- Ninguna de las dos hicieron caso a mi respuesta, se dirigieron una mirada cÓmplice y se les dibujó una sonrisa en la cara.
Aquellas dos personas que solo conocía de verlas en YouTube parecían estar dispuestas que me olvidara de mis problemas, unos que ni les había contado.

Cuando pagamos la comida me dijo Malú que le esperara en el coche.
No tardó mucho, entro muy feliz y empezó a reírse.
   -Bueno Irene, ¿que te ha parecido mi sorpresa?
   -Guauu!! no me esperaba esto para nada, que pasada...- estuve como 5 minutos diciendo cosas sin sentido hasta que me di cuenta de que se estaba aguantando la risa.- Eh pero no te rías, si no querías esto no haberme traído a comer con la mejor cantautora del momento.
   -Serás tonta?- dijo pegándome de broma en un brazo.- que aun hemos terminado, ni mucho menos.- eso si que no me lo esperaba.
   -¿Que? -como creía que era una broma se la seguí.- Bien!! Malú me va a comprar una moto nueva!! dije gritando y moviendo los brazos, para exagerarlo más, a ella le entró un ataque de risa y tuvo que parar el coche.
   -Irene, si me haces esto no vamos a llegar nunca a casa de Vanesa!.- se tapó la boca, ya había revelado la otra parte de la sorpresa y esta vez la que se moría de risa era yo, pero por la cara que ponía.

Cuando llegamos me di cuenta de que estábamos cerca del lugar del accidente y se me borró la sonrisa, ella debió darse cuenta porque casi en el mismo instante me abrazó y yo hundí mi cabeza en su pelo. Otra vez había sabido evadirme de mi dolor.

Se me cambió la cara por completo cuando entramos en la casa y Vanesa y en el salón había preparado unas copas y las botellas estaban encima de la mesa.
Nada más sentarme me ofreció una de las bebidas y cogió su guitarra.
   -¿Pero tú que quieres emborracharme para que te canté? pues estás muy equivocada si crees que lo vas a conseguir. -las dos empezaron a reírse ante mi respuesta.

Estuvieron un buen rato contándome anécdotas de sus conciertos, las grabaciones y las firmas, mientras yo les escuchaba, sonreía y bebía, pero no consiguieron que cantase.
Se hicieron las 7 de la tarde y Malú dijo que se tenía que ir, tenía otro ensayo, Vanesa me dijo que me quedase yo un rato más que ella no tenía nada que hacer, y no me lo pensé dos veces, accedí a quedarme.

Me preguntó muchas cosas sobre mi, sobre mi música y en poco tiempo ganamos mucha confianza.
Le saqué algunas ideas que tenía para su nuevo disco y me confeso algunos secretos y rituales a la hora de componer, cuales eran sus inspiraciones...
   -Oye pues a lo tonto ya nos hemos bebido la botella de ginebra entre las dos. -dijo solventándose a por más hielo y otra botella.
   -Buff a mí esto ya empieza a hacerme efecto eh, no saques otra botella que si no te va a tocar llevarme al medico por un coma etílico. -No pude acabar la frase y ya estábamos las dos por el suelo riéndonos, pero ella se levantó rápido.
   -Aaaah!!que me meo!!- se fue corriendo al baño.

Yo aproveché ese momento para coger la guitarra, desde que pasó lo de Marta no me había atrevido a tocarla ni a componer nada.

Cuando acabé de cantar una de mis canciones me di cuenta de que Vanesa estaba apoyada en la puerta, había estado ahí escuchando todo el rato.

Se acercó por fin y me quitó la guitarra para abrazarme, un abrazo que tenía el mismo poder que los de Malú, capaz de relajarte y romperte por dentro a la vez.
Al deshacer el abrazo no se apartó de mi, acarició mi cara limpiando las lágrima que caían por ella y me miró a los ojos para acabar de tranquilizarme, pero esa mirada consiguió el efecto contrario en mi.

Por un momento su mirada se desvió hacia mis labios y lo sorprende es que la mía se fijó en los suyos.
Casi por acto reflejo me mordí el labio inferior y sin dejar pasar un segundo más roce mis labios con los suyos, fue solo un instante, pero se paro el tiempo.
Me retiré un poco, no era consciente de la guerra que acaba de desatar en mi cabeza, no me dio tiempo tampoco porque esta vez fue ella la que me besó a mi.
No fue un beso de desesperación, fue un beso dulce, con sentimiento, un beso que me deshizo y me llevo al cielo, me transmitió toda la paz que no había podido encontrar en palabras.
Ese beso se alargó y después de el vinieron otros que transmitían pasión.

Yo reaccioné al momento, me levanté y cogí mis cosas, estaba nerviosa, ¿que me había pasado? yo nunca había perdido de esta manera el control.
No era la única que estaba nerviosa, a ella también se le notaba inquieta.
   -Vanesa... yo... yo lo siento de verdad, no sé porque lo he hecho, perdón, será mejor que me vaya ya a mi casa. -me dirigí a la puerta y cuando la estaba abriendo ella la cerró y me dio la vuelta.
   -Irene, no te tienes que disculpar por nada, si ha pasado, ha sido bonito, que le vamos a hacer. -intentó volver a besarme pero me aparté.
   -Vanesa, no tenía que hacer eso, yo...- iba a explicarle lo de Marta pero gracias al alcohol me derrumbé de nuevo.
   -Pequeña, no pasa nada, ya está, las dos vamos mal. Será mejor que te lleve a casa y descanses para las batallas de mañana.


Al despertar sentí que la cabeza me iba a explotar.
Me levanté como pude y me tome un ibuprofeno para aliviar el dolor. Por suerte la grabación de las batallas era esta tarde y tendría toda la mañana para descansar.
Lo último que recuerdo es estar en casa de Vanesa y que Malú se fue antes, a partir de ahí lo tengo todo borroso.

Ya estaba lista para salir a las batallas, cada vez más nerviosa, además no había visto a nadie, ni Malú, ni Antonio, buff necesitaba tranquilizarme antes de salir, pero no me dio tiempo porque me llamaron a plató.
Al salir, me iluminaron todos los focos y allí la vi, estaba con el otro micrófono en la mano, temblando y mirándome con miedo.

Empezó a sonar la música y con ella dejé salir toda mi rabia contenida hacia ella y hacia Marta, dije todo lo que tenía que decir, pero lo hice solamente cantando, con cada palabra le estaba dedicando un insulto.

Debí de expresarlo muy bien, porque cuando terminó la canción el publico se puso en pie a aplaudir y entonces vi a Marta.

Recibí las criticas de los coaches hasta que Antonio se levantó y me dijo:
   -Esto era lo que quería que sacaras de ti, lo has bordado.- se dirigió a Alba y continuó.- En cambio a ti Alba te he visto pequeña, has perdido toda la esencia del primer ensayo.

Tras unos segundos de tensión Antonio dijo mi nombre para que pasara como vencedora y siguiese en el programa.

Me dieron el micro para que dijese unas palabras, pero lo que nadie sabía era para quien iban a ir dirigidas y ni yo misma sabía el dolor que me iban a producir.
Miré hacia el público y tenía claras cuales iban a ser mis palabras.

   -Quiero dar las gracias a una persona que hoy se encuentra entre el público, gracias a ella estoy aquí.- Miré fijamente a Marta mientras una lágrima corría por mi cara.- Te doy las gracias por abrirme los ojos y demostrarme que soy más de lo que tú te mereces, que siempre he estado ciega, GRACIAS, le dije con una sonrisa llena de rabia. Ahora me dirigí hacía Alba que se puso nerviosa al verme así.- Ah y gracias a ti también por llevártela de mi vida, ahora te la dejo toooooda para ti. -dije señalando a Marta que no sabía ya donde esconderse.
Y tras esas palabras salí corriendo con los ojos llenos de lágrimas y la gente aplaudiendo otra vez en pie.

Me encerré en una sala que estaba vacía y me puse a llorar desconsoladamente, necesitaba liberar toda la tensión de estas  últimas semanas.
De pronto escuché a alguien llamando a la puerta, era Malú, no le hice caso y seguí llorando.
Cuando por fin me quedé callada fue otra voz la que habló detrás de esa puerta.

   -Pequeña, ábreme por favor...






CAPÍTULO 7: RESUCITAR EN UN ABRAZO

¿Cómo salía yo ahora de esto?, sabía que me iba a hacer mil preguntas y que a ciencia cierta ninguna de ellas las querría contestar. Así que retiré la mano y seguí caminando por el pasillo, pero no me dio tiempo ni a dar dos pasos, me cogió del brazo y me metió en una sala que teníamos al lado.
   -Eh! ¿pero tú de que vas?-me dijo gritando sin soltarme, su cara era una mezcla de enfado y preocupación.-¿Te crees que tienes derecho de dejarme así después de todo lo que pasó? -yo no quería contestarle, sabía que no le iba a importar nada de lo que tenía que decir, así que me inventé otra historia.
   -Yo...-no se me ocurría nada y vi al fondo de la sala una botella de ron, enseguida pensé.-No quería que me reconocieses, porque iba..., iba borracha Malú y no quería que me vieses así ni que tuvieses una imagen de mi errónea.
No se lo creyó, pero creo que por mi cara entendió que no era el momento más indicado para hablar,cayeron por mi cara algunas lágrimas que no me dio tiempo a quitar, porque de repente me abrazó de una forma muy dulce que me acabó de romper por dentro y provocó mis sollozos.
    -Venga pequeña, lo siento, no me lo cuentes ahora, relájate,sssh.-Me dio un beso en la frente y limpió mis lágrimas.
    -Gracias por respetarme Malú.-esta vez fui yo la le abrazó y ella simplemente me respondió con una sonrisa.
    -Ahh, que te iba a decir...-se toco un momento el pelo y puso cara de duda- ¿te parece bien hoy comer conmigo? es que... bueno primero confírmamelo y luego te lo cuento que si no no tiene gracia.
    -Alaaa pero que chantajista que eres hija!! Venga va voy a comer contigo.-dije como si me sintiese obligada, pero no pude aguantar la risa mucho tiempo más.-Ahora me cuentas todo!
    -No, mejor después del ensayo así tendrás más ganas.-me dijo sacándome la lengua.
    -Que mala eres conmigo.-puse cara de penita y empezó a reírse otra vez.

Quedamos en la puerta principal para irnos a comer y después cada una se encamino hacia su sala de ensayos para ultimar los detalles de las batallas, hoy ya eran los ensayos finales y cantábamos en plató para ir acoplándonos.

Todos los nervios que tenía por volver a ver a Alba se esfumaron gracias a Malú, no sé como lo había hecho pero con ese abrazo desaparecieron mis miedos.

Más feliz me sentí aun al ver que no se había presentado al ensayo.
La cara de Antonio era un poema, de todos los ensayos que se habían realizado Alba y yo solo coincidimos en el primero.
Sabía que ella intentaba evitar cualquier tipo de encuentro para no complicar más la situación.

Pasamos la canción de arriba a abajo 3 veces para perfeccionar varias cosas y decidimos que ya había suficiente por hoy.

    -Irene, no se que os pasa a ti y a Alba ni a que estáis jugando, tampoco me interesa, pero creo que ya es hora de que os deis cuenta de donde estáis y que esto es serio.-dijo tocándose el pelo, cada vez se le veía más nervioso.
    -Antonio... -me atreví a gesticular.- Yo quería pedir disculpas por mi falta de profesionalidad estos días y... -no me dejo terminar y me arropó con sus fuertes brazos.
    -Ire no hace falta que te disculpes ya me ha contado Malú lo del accidente con la moto y por eso estás perdonada, pero solo esta vez eh no te confíes.-dijo al ver que no me había gustado que hablará de ese tema.- Venga ahora vete a descansar que te quiero fresca para las batallas de mañana, por cierto a ti aun no te he presentado a mi asesor, claro como no vienes...-dijo haciendome cosquillas para conseguir mi sonrisa.-Lo malo es que hoy no ha venido. Pues nada sorpresa para mañana.
   -Oye!! como os gusta a Malú y a ti dejarme con la duda siempre eh.-dije fingiendo mi enfado.


Cuando ya había recogido esperé a Malú en la entrada, llegó enseguida y nos subimos en su coche.

   -Bueno que, ¿me vas a decir ya algo? -dije nerviosa cogiéndole el brazo.
   -Chiquilla mira que ereh impaciente eh.-me dijo sacando su acento andaluz.- Es una sorpresa...- se fijo en mi cara haciendo pucheros cual niña pequeña y le entró risa.-Eres de lo que no hay eh.-hizo una pausa pensando si contármelo o no.-Irene no sé que es lo que te pasa y respeto tu silencio, tu respetaste el mio el día de las audiciones, así que he pensado que comer con una amiga mía que me recuerda mucho a ti y que te que seguro que te ayudará más que yo podría animarte, además creo que os llevareis bien...

Intenté sacarle el nombre de su amiga pero no lo conseguí, me estaba poniendo muy nerviosa, ¿quién sería?

Entramos al restaurante y nos sentamos a esperar a su amiga, mientras sonaba en la radio la nueva canción de Vanesa Martín, esa que tanto me gustaba, en realidad admiraba a esa mujer, siempre había sido mi ejemplo a seguir, junto a Malú por supuesto. Las canciones de aquellas dos monstruas me habían ayudado en muchos momentos de mi vida.
No pude evitar cantarla, tenía una letra preciosa...
 "Pasó el invierno llovió demasiado los dos sabemos que mi mente y la tuya se paran y sienten se callan y aguantan ya saben que pueden 
Ven, besame otra vez 
Parece que todos lo ven y yo sigo ahí sin saber por qué. Excusándote, excusándome. Y yo sigo ahí sin saber por qué..."

Me fijé en la cara de Malú que intentaba no reírse mientras miraba a algo o alguién a mis espaldas.



Yo no entendí nada hasta que de repente escuche que alguien dijo:
    -Vaya! He de reconocer que en tú voz queda mil veces más bonita la canción...




Muchas gracias a todas aquellas personas que me leen y me apoyan.
Quería aclarar que esta novela no intenta ser una copia de ninguna otra, intento que todo lo se plasma en este blog sea nuevo y que os guste, espero estar consiguiéndolo de verdad. 
Muchas gracias otra vez y deja tu opinión aquí, en mi twitter @__AngelCaido__ o en el ask http://ask.fm/novelademaluangelcaido

                                          UN BESO.


martes, 22 de julio de 2014

CAPÍTULO 6: Y AHORA VETE

Seguí acelerando una vez fuera de la ciudad, pero esta vez acompañaba mis lágrimas con gritos y golpes al manillar de la moto.
No escuchaba el claxon de los coches que se quejaban de mi velocidad, solo podía atender a mis pensamientos.
¿Como podía a ver sido tan tonta de no darme cuenta de lo que pasaba delante de mis narices todo este tiempo?
Estuve dando vueltas sin destino hasta bien entrada la noche y cuando ya pensaba que había liberado toda mi rabia decidí ir a un sitio precioso en el que sabía que no habría nadie.
El lugar era un mirador situado a las afueras de la ciudad, justo al lado de la urbanización donde vivían muchos famosos.
Pero no quise bajar la velocidad, cuando aceleraba parecía que los problemas desaparecían.

Empecé a subir por la carretera de piedras, y con la velocidad, la moto se me descontrolaba un poco, pero lo normal, siempre que iba allí me pasaba.
Pero en ese momento se cruzó un perro blanco corriendo y detrás la que parecía su dueña.
Para no atropellarlos desvié bruscamente la moto sin dejar de acelerar y unos metros después intenté enderezarla con la mala suerte de que resbaló con las piedras y se cayó sobre mi pierna.

Me puse a gritar y a decir palabras sin sentido y desagradables, lo que me faltaba en este día, pensé mientras intentaba levantarme, pero no lo conseguía y empecé a ponerme nerviosa.

La mujer dejó atado al perro en un árbol y vino corriendo mientras yo seguía quejándome esta vez más fuerte y acompañando las palabras con puñetazos contra las piedras.

   -Perdona, ¿estas bien?- dijo la mujer cogiéndose el pelo y poniéndose nerviosa, esa voz me sonaba de algo pero no reconocí a la persona.- Voy a llamar a una ambulancia, no te muevas de aquí.

   -No, no vas a llamar a nadie.-dije esta vez un poco más relajada.-Ayudame a levantarme.

   -Vale, pero necesito que hagas fuerza desde abajo tu también.-Entonces supe quien era. Esa voz, ¿como no la había reconocido antes?. Como acto reflejo me bajé la visera negra del casco para cubrir mis ojos y que así no se diera cuenta de quien era yo.
Se debió de dar cuenta de lo que hice porque me miró extrañada, pero menos mal que no me había reconocido.

Cuando la moto se despego del suelo y de mi pierna, di un grito de dolor.
Me levanté como pude y me senté un momento en un banco que había al lado. Llevaba la rodilla sangrando bastante, debía de haberse rajado con una piedra al caer.
Me dolía todo el cuerpo y lo notó por mis quejidos.
Dejó la moto apoyada en un árbol y vino donde yo estaba.
   -Hay que ir al medico, estás sangrando mucho.- Me dijo intentando subirme la visera, pero la detuve rápidamente, al hacerlo me quejé por el dolor que me producía el hombro.
   -Yo no voy a ir a otro sitio que no sea mi casa.-Me levanté y empecé a cojear hacia la moto, pero ella me detuvo poniéndose delante de mí.
   -No puedes coger la moto así dejame al menos que te lleve yo en coche y luego tu decides lo que haces.
   -Por favor dejame pasar, tengo prisa.-le dije intentando llegar a la moto, pero me falló una pierna y caí.
Vino corriendo y me ayudó a levantarme, volviendo a decirme que íbamos al medico.
Me puse a gritarle muy neviosa y ella se quedó mirándome desconcertada.
Me cogió la mano y yo me retorcí del dolor. Cuando la herida que llevaba en la palma de la mano me soltó rápido para no hacerme daño.
   -Yo a ti te conozco de algo.-por un momento me quedé callada, no podía saber que era yo.
   -No imposible, yo no te conozco de nada.-Conseguí decir, aunque no sonó muy convincente. Pero no le dejé tiempo para contestar. Subí a mi moto y me fui a la misma velocidad a la que había venido.
Mientras, ella se quedó pensativa en el mismo sitio, pensando quien era.
Yo durante todo el camino solo pensaba en que no me reconociese por nada del mundo.

Una vez entré a la ciudad bajé la velocidad y me dirigí a casa de la única persona que sabía no me iba a preguntar nada.

Bajé como pude de la moto y esta se cayó haciendo un fuerte ruido.
Llamé a la puerta y en un momento se abrió.
La cara de las personas al verme así cambió por completo, pero a mí no me dio tiempo a decir nada porque se me cerraron los ojos y caí al suelo de golpe.



Al despertarme, no sabía donde estaba hasta que me moví y me dolió todo el cuerpo, ya me acordaba, Marta... , la moto..., el accidente..., y las lágrimas empezaron a correr por mi cara como si estuviesen haciendo una carrera entre ella.
Mi llanto era una mezcla de rabia, impotencia y dolor, mucho dolor.
A mi lado mirándome estaba Marta, que no se atrevía a decirme nada y yo le miré con rabia y desprecio.

   -¿Que haces tú aquí?-le dije apretando mis dientes.
   -Irene yo..., pues...- le corte con una risa irónica.
   -Espera, no me lo digas, te arrepentías mucho y fuiste a hablar con Alex porque estabas preocupada de que yo no aparecía.-seguía riéndome, pero con lágrimas en los ojos.
   -Irene, yo, lo siento...
   -Vete a la mierda Marta.-le dije y giré la cara.

En ese momento se abrió la puerta y apareció Alex.
Este al ver mi cara le dijo a Marta que se fuese y que no volviera por ahora.

Ese mismo día me dieron el alta.
Por suerte lo único más grave había sido la herida de la rodilla, donde me había puesto 18 puntos.
Lo demás habían sido simples arañazos y cortes pequeños y el único q me dolía era el de la mano.

Hablé con Alex de todo lo que había pasado y el me contó que cuando yo llegué a su casa Marta había ido a pedirle ayuda y entre los dos me llevaron al hospital.
A Alex nunca le había caído bien, siempre me decía que no era trigo limpio, pero yo no le daba importancia, supongo que era porque cuando estas enamorada solo ves las cosas buenas de tu pareja, que te quedas ciega y no eres capaz de ver que muchas veces te está haciendo daño.

Estuve llorando abrazada a él hasta que me quedé dormida en su pecho.
Me despertaron unas caricias en el pelo y una gran sonrisa inmediatamente se dibujó en mi cara para borrarse cuando el ángel que me abrazaba empezó a hablar.
   -Venga pequeña, que llevas durmiendo ya casi todo el día. Levanta que tenemos que ir a casa a recoger tus cosas y te vienes a compartir piso con el bombón Alex!-dijo eso último para sacarme una sonrisa y hacer menos duro el momento que me esperaba.

Como aun tenía la pierna hinchada tenía que ayudarme de unas muletas para caminar, por suerte el medico me dijo que cuando yo me sintiese mejor que podría dejar de utilizarlas.

Al llegar a casa, los momentos del día anterior regresaron a mi cabeza y no pude evitar que por mi mejilla cayesen lágrimas otra vez.
Alex me ayudó a recoger todo para salir cuanto antes de allí, mientras yo empaquetaba las últimas cajas él iba bajando mis maletas.
Tenía muchos recuerdos de esta casa y todos ellos buenos si no contamos el suceso del día anterior claro.

Mientras guardaba mi póster de Malú que tenía en la pared, me vino a la cabeza una canción preciosa que contaba todo lo que yo sentía en esos momentos, porque os puedo decir que en mi solo había rabia, rabia e impotencia por no haberme dado cuenta antes de todo.

Así que empecé a cantar a pleno pulmón, yo sola en aquella pequeña habitación.

"Y ahora vete, cambia de rumbo, coge trenes, crece, revoluciónate y desaparece. 
Y toma aire y grita al mundo y siente y baila con quien quieras. 
Y ahora vete, y no te vuelvas a mirarme, vete, coge tus cosas y después te pierdes. 
Y nunca vuelvas a decir que sientes si no sientes... 
Y ahora vete. 
Si me vuelves a echar, será de menos, 
que ya no vale que quieras volver, que me he cansado de seguir tu juego. "



Cuando me di la vuelta para salir allí se me cortó la voz, estaba ella con su sonrisa irónica mirándome.
   -¿De verdad sientes eso Irene?¿seguro?-dijo sin perder la sonrisa.
   -Vete a la mierda Marta!- le empujé apartándola de la puerta, Alex cogió a Mate y nos fuimos de allí dando un portazo.

El miércoles decidí no ir a los ensayos, no estaba preparada, además aun iba con las muletas.
Así que decidí pasarme por el bar para hablar con Guille, me sorprendió no ver a Marta por allí, pero a la vez me tranquilizó.
Guille me contó que nada más enterarse de lo que había hecho le había despedido, me sonó raro, sabía que había algún motivo más, pero no insistí porque si me no me lo quería contar sería para no hacerme más daño, cosa que agradecí.


Cuando desperté el viernes estaba animada y llamé a Guille para que me llevara a los estudios para ensayar.

Esta vez me dejé las muletas en casa, porque ya no me dolía casi y solo se notaba un leve cojeo.

Cuando iba por los pasillos una voz detrás de mi me llamo.
   -Irene!-me giré y vi a una chica con el pelo recogido que venía corriendo, era Malú. Cuando llegó a mí me dio dos besos y continuó.-¿Donde te habías metido? he hablado con Antonio y me ha dicho que no has aparecido en toda la semana a los ensayos, y no me he podido hacer contigo para quedar y ensayar tu y yo fuera.-Me cogió la mano y sin querer rozó la herida.

  -AAAAHH!!-me quejé, vi que me estaba mirando fijamente la mano y entonces supe lo que estaba pensando.-Malú... yo...
  -No puede ser Irene.-me cortó antes de que acabara de hablar. Dirigió su mirada a la rodilla y después se quedó fija en mis ojos.
Estaba muy seria, pensativa, sin soltarme la mano. Se creó un silencio incomodo entre nosotras hasta que por fin habló.

  -Eras tú...- dijo mirando otra vez mi mano.